El detenido por matar a una mujer en O Porriño ya fue acusado en el 2010 de otro homicidio en Venezuela

Javier Romero / Mónica Torres VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

Guardias civiles inspeccionando la zona en la que apareció el cadáver de la mujer en noviembre del 2023.
Guardias civiles inspeccionando la zona en la que apareció el cadáver de la mujer en noviembre del 2023. M. MORALEJO

El sospechoso del crimen estaba en prisión desde el pasado diciembre, un mes después del hallazgo del cadáver tras unos contenedores

24 abr 2024 . Actualizado a las 23:58 h.

Casimiro Feijoo es un delincuente habitual de Vigo con un pasado turbio, un presente entre rejas cumpliendo condena, y un futuro a largo plazo ligado igualmente a una prisión de probarse el último delito que se le imputa: el crimen de Judith Muñoz el pasado noviembre. El cadáver se halló con evidentes signos de violencia en unos matorrales, tras dos contenedores, en el polígono de As Gándaras, en O Porriño. Una muerte de motivación sórdida que desde hace tiempo situaba como presunto autor por asfixia al que fue su último cliente. Ella, natural de Ourense pero residente en Vigo en una casa okupa junto a novio con denuncias por violencia de género, ejercía la prostitución y fue vista por última vez entre el 18 y el 19 de noviembre.

Un transportista halló el cuerpo el día 23 de ese mes de noviembre, justo la jornada en la que su presunto asesino, Casimiro Feijoo, estaba de cumpleaños. Ambas fechas son públicas: la del hallazgo del cadáver de la mujer, y la del cumpleaños de él al figurar ese dato en el perfil que tiene en la red social Facebook, donde en años anteriores agradecía a sus contactos las felicitaciones que le dedicaban cada 23 de noviembre.

Imagen de Facebook del detenido por la muerte de la mujer cuyo cadáver fue hallado en noviembre del 2023 en O Porriño.
Imagen de Facebook del detenido por la muerte de la mujer cuyo cadáver fue hallado en noviembre del 2023 en O Porriño.

Nacido en Fornelos de Montes en 1970, Casimiro Feijoo estuvo ligado a Arcade. En Facebook asegura que fue conductor de una empresa de autobuses y hasta su último ingreso en prisión, en diciembre del año pasado, era un habitual de los bajos fondos de Vigo. Acumula antecedentes por robo con violencia e intimidación y por agresión sexual y, a pocos días de finalizar el 2023, ingresó en prisión provisional por su reincidencia delictiva. La gota que colmó el vaso fue un robo con violencia.

Desde entonces, hasta primavera, fue condenado a casi dos años de cárcel por otro robo con violencia que arrastraba, según explican fuentes penitenciarias. La investigación del crimen de Judith lo situó consumando la muerte por asfixia y golpeándola tras mantener relaciones sexuales. La Guardia Civil de Pontevedra y el Juzgado de Instrucción número 3 de O Porriño, afirman fuentes oficiales, le imputan el crimen por varios motivos: los responsables de la investigación sostienen que la víctima y su presunto verdugo estuvieron juntos durante la noche en que ella murió de forma violenta. Está por ver si el análisis de los teléfonos móviles de ambos también aportó información incriminatoria. También si hubo movimientos de dinero por parte del presunto autor para costear los servicios que pretendía contratar de la mujer que acabó presuntamente siendo su víctima mortal.

La investigación implicó igualmente una parte científica, de laboratorio. El cadáver presentaba vestigios biológicos que los responsables de caso mandaron analizar. Se trata de semen hallado en uno de los muslos de la víctima y en el pañuelo que el autor del crimen colocó en la boca de la mujer antes de abandonarla en unos setos para ocultarla. Pero la investigación e instrucción judicial sigue su curso a la espera de nuevas actuaciones, como el análisis del ADN de este hombre para saber si coincide con el extraído de los restos hallados en el cuerpo de la fallecida.

De confirmarse la resolución del caso, sería otro crimen esclarecido en el sur de la provincia de Pontevedra, como antes ocurrió con los de Salceda, Mondariz, Chapela o los ocurridos en Vigo desde el 2022.

La Fiscalía de Venezuela lo relacionó con la muerte de una mujer que apareció carbonizada

Casimiro Feijoo residía en el 2010 en Venezuela y se ganaba la vida ejerciendo de técnico en tanatopraxia, una figura fundamental en los tanatorios y funerarias por su capacidad para acondicionar cadáveres para el velatorio. Allí residía en la población de Zea, en Mérida, en el interior del país, y era conocido entre los residentes en la zona por el Español. Su nombre, apodo y profesión figuran en la documentación oficial del Tribunal Primero de Primera Instancia en funciones de Control de Mérida, que relata cómo la Fiscalía de Mérida le imputo en mayo del 2010 un delito de homicidio intencional calificado.

La documentación a la que ha tenido acceso La Voz no concreta si Casimiro fue condenado finalmente, pero sí recoge que este gallego estuvo en prisión provisional por aquellos hechos. La Fiscalía exponía en su acusación que el 26 de mayo del 2010 una comisión policial de criminalística se trasladó al barrio Bicentenario. Concretamente, al número 3 de la calle Miranda. Los agentes se toparon con más policías velando por una zona para no alterarla. Se trataba de terreno baldío donde apareció el cadáver de una mujer en estado de putrefacción y parcialmente calcinado.

Dicho hallazgo tuvo lugar cuando vecinos del barrio avisaron a las autoridades «de que esa misma mañana, un sujeto apodado el Español había preguntado si el cadáver encontrado se había calcinado completamente, pregunta que originó sospechas sobre la posible responsabilidad de este sujeto, que ya fuera ubicado cerca del lugar minutos después e identificado como Casimiro Feijoo C., a quien se le preguntó por su pareja y este dijo que se había ido tres días atrás».

Profesional del robo

El perfil del investigado por la muerte de Judith Muñoz, 13 años después de aquellos hechos en Venezuela, nada tiene que ver con el de un técnico en tanatopraxia. Sus últimos años en Vigo y su área lo sitúan siendo un profesional del robo a la desesperada. También se le ubica con adicciones y como cliente habitual de prostitutas. La propia investigación de la Guardia Civil y del Juzgado de Instrucción número 3 de O Porriño lo sitúan cometiendo al menos otra agresión sexual en los últimos años, que no estaría juzgada por ahora. El delito por el que está en prisión provisional es de robo, por lo que esa causa estaría pendiente de juzgarse.

Está por ver igualmente si arrastra antecedentes por otras agresiones sexuales o si se investigan denuncias por otros delitos sexuales que pudieran haber sido cometidos por este hombre antes de ingresar en prisión el pasado diciembre. Casimiro Feijoo ya pasó a disposición judicial en O Porriño y fue enviado de nuevo a la cárcel de A Lama.