Rueda se va «a pescar» a Argentina

Luis Grandal
Luis Grandal EN LÍNEA

OPINIÓN

María Pedreda

03 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el momento de escribir este artículo, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se encuentra en Argentina. No he querido desaprovechar la oportunidad de poder expresar mi opinión sobre el mismo. Creo que la decisión de Rueda y su equipo es una muy buena decisión para la economía y los intereses de Galicia y de España en el exterior. Lo voy a tratar de argumentar.

La presencia de Rueda en Argentina tiene dos objetivos fundamentales: defender los intereses de la industria pesquera de Galicia —puntera a nivel europeo y mundial— y estrechar lazos con la diáspora de gallegos y descendientes de gallegos en ese país. La presencia de los gallegos de nacimiento y sus descendientes es de las más influyentes en Argentina. Es muy probable que Galicia sea la región española más beneficiada por las relaciones comerciales con Argentina y viceversa. Me atengo a los datos estadísticos del Icex, dependiente del Ministerio de Economía. España ocupaba en abril del 2023 el 11º lugar en exportaciones hacia Argentina y el mismo lugar en importaciones, con un saldo favorable a Argentina (1.214 millones de euros frente a 2.282 millones). El 75 % de las exportaciones de Argentina a España son productos alimentarios (maíz, soja, fertilizantes y pesca).

Las economías de escala que producen los productos alimentarios argentinos en Galicia —especialmente la pesca— son incalculables. Fijémonos, por ejemplo, en el hinterland de influencia de los puertos gallegos. Soy de Marín y sé lo que eso significa. El puerto de mi ciudad es el importador de calamares —por medio de grandes buques congeladores nodriza— más importante de España y de allí salen las miles de toneladas de cefalópodos para toda España y para muchos países europeos. No digamos desde Vigo o de A Coruña con la merluza y los langostinos. Solamente estos tres alimentos superan una cifra de negocio superior a los 500 millones de euros en origen. Para Argentina, la industria pesquera —participada por capital gallego, sobre todo— genera más de 2.000 millones de dólares de negocio y más de 20.000 empleos directos. El capital gallego-español tiene, sin embargo, un fuerte competidor: China. La mayoría de los barcos que operan en las provincias del sur argentino (Chubut, Patagonia y Malvinas) son de este país, seguidos de los españoles, taiwaneses y coreanos. Pero la flota china es depredadora de los mares sudamericanos. Entra dentro de las zonas marítimas de control (200 millas) y arrasa con todo, incluidos elefantes y lobos marinos y tiburones, especies protegidas.

Desconozco los términos de la conversación entre Alfonso Rueda e Ignacio Torres, el gobernador de Chubut —con una extensión que es casi la mitad de España y solo 600.000 habitantes—, el más joven (35 años) de todos los gobernadores argentinos y miembro del PRO, el partido que preside Mauricio Macri y de Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad. Estoy seguro de que saldrá algo muy positivo para los intereses gallegos, después de que se paralizaran las intenciones del Gobierno de Milei de liberalizar las licencias en sus aguas, con clara ventaja para los chinos, que tienen dopados los barcos por su Gobierno.